miércoles, 19 de febrero de 2014

EDITORIAL

ESA SEÑORA LLAMADA INFLACION

Una de las lecciones que aprendieron a los golpes muchos de nuestros políticos vernáculos es que la inflación, además de ser anti popular, es lisa y llanamente impopular. 
La distinción, aunque semántica, no apunta a lo mismo. 
Porque anti popular es lo que atenta contra los intereses de la mayoría; e impopular, es lo que esa mayoría percibe como negativo.
Cierta vez alguien nos dijo que, “un poquito de inflación”, no vendría mal porque generaba el efecto benéfico de estimular el consumo y mover así la economía.

Pero la inflación es como los vicios que creemos controlar y que, finalmente, nos llevan al abismo. 
Sobre esto los argentinos tenemos sobrada experiencia.
Y lo verdaderamente grave es que, por estos días, se han restablecido las expectativas inflacionarias más allá que el gobierno intente ocultarlo a como dé lugar. 
Incluso mintiendo desde los impresentables números de un sainete llamado INDEC o señalando --ridículamente-- que lo que se está dando, por estos tiempos, es “un corrimiento de los precios relativos”. Patético. Porque los indicios al respecto sobran y son parte de nuestro día a día.

Es que la gente sabe que todo aumenta; que han retornado las odiosas remarcaciones; que los sindicatos negociarán paritarias con techos que no bajarán del 30 %; que los contratos de alquiler se firman con salvaguardas futuras; y que los costos son estimados cargando “algo más”… por las dudas.
Esto --y ya sería tiempo que lo supieran nuestros gobernantes-- no hace más que retroalimentar la inflación. Lo que no es "políticamente correcto". Porque "pianta votos"
Y ojo que, cuando nos querramos acordar, ya tendremos las elecciones presidenciales del 2015 a la vista. Y ya se sabe que, los comportamientos electorales, siempre han sido influenciados por la economía. Y, cuando el bolsillo está anémico, el ciudadano jamás vota al oficialismo de turno ...

 Porque aquí, y en todo el mundo, “el bolsillo suele ser más fuerte que el corazón”. Al fin de cuentas, si no sólo de pan vive el hombre, sin pan tampoco vive. Cuando la vecina retorna del supermercado --con el carrito más vacío que la semana anterior, pero habiendo pagado igual o más-- tal vez, y sin saberlo, ya está meditando su voto futuro.
Claro que si el electorado lo único que tiene hoy a la vista… es lo que hay… me pregunto: ¿tratará de encontrar razones en su alma para la continuidad del actual proceso “nacional, progresista y popular”? ¿O votará a "Juan de los Palotes" para dejar íntima constancia de su fastidio?
Lo cierto es que, desde aquí y hasta las presidenciales del 2015, esa señora no deseada llamada inflación sobrevolará la política de nuestro país. Y todos saben que, desbocada, es tan peligrosa y loca como una esposa despechada…

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