miércoles, 21 de diciembre de 2016

LOS SONIDOS DE LA HISTORIA

En su momento causaron conmoción. Alegres algunos, dolorosos otros. Pero todos con una carga emotiva que, en su momento, nos sensibilizaron. Este que podés escuchar desde el reproductor ocurrió el 20 de diciembre de 1966 y pasó a la historia como... 

EL DÍA QUE LLEGÓ AUSTRALINDA

Ya hace más de medio siglo que, la Cervecería Austral, lanzó al mercado los nuevos gustos de manzana y naranja para su gaseosa. 
Los avisos de la época resaltaban que, al ser productos de la compañía, eran "garantía de pureza y calidad superior".
Inaugurada a mediados de 1965, Austral se radicó en nuestra ciudad por las facilidades de hacerse fácilmente de la materia prima que ofrecía la zona --como la malta y el lúpulo-- para la elaboración de su cerveza. 
El armado societario se inició, en 1961, con un llamado a suscripción de accionistas. La respuesta fue un éxito: 1.600 adherentes al iniciarse la construcción de las instalaciones. 
La fábrica se ubicó sobre la ruta 229 (en la calle Rincón 3.286) y su primera etapa apuntó a elaborar 10 millones de litros anuales de cerveza, además de otros productos.
En julio de 1965 la empresa lanzó al mercado su primer producto: el agua mineral "Australinda" que, según la publicidad de la época, era un "líquido de calidad obtenido de surgente". En 1967 presentó su producto base: la "Cerveza Austral", en tamaños de 2/3, litro y porrón.
Sin embargo, y a pesar de estos emprendimientos, distintos factores incidieron en la viabilidad de la industria al punto que, en 1972, declaró su quiebra. Tres años después salieron a remate sus instalaciones las que fueron adquiridas por la Cervecería Santa Fe. 
Muchos recordarán que, en los veranos y en las afueras de la empresa, se ubicaban mesas, sillones y sombrillas para amables tertulias de la juventud de entonces.
Y, desde el reproductor, podés volver a escuchar aquel gingle legendario de la entrañable "Australinda"...  

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