miércoles, 11 de enero de 2017

EL TUL DE LA ILUSIÓN

(By Cristina Garbiero) Un recorrido por la historia del vestido de novia desde el antiguo Egipto hasta nuestros días. 
Además, aparecerán los atuendos nupciales de las reinas, princesas, estrellas de Hollywood, diosas del cine europeo, actrices argentinas, y también los que lucieron las señoritas de la sociedad bahiense de otras épocas... 

1937 - LA PRINCESA JULIANA
De los Países Bajos, su verdadero nombre era Juliana Emma Louise Marie Wilhelmina van Oranje-Nassau. Y conoció a su futuro marido, el príncipe alemán Bernardo de Lippe-Biesterfeld, en ocasión de la celebración de los Juegos Olímpicos de Garmisch-Partenkirchen en 1936.
El anuncio de la boda dividió a Holanda que desconfiaba de la Alemania gobernada por Adolf Hitler durante esa época. Es por eso que, antes del casamiento, al príncipe Bernardo se le otorgó la ciudadanía holandesa y cambió la pronunciación y escritura de su nombre del alemán al holandés. 
La boda tuvo lugar el 7 de enero de 1937 en La Haya. La ceremonia civil se realizó en el salón del ayuntamiento de dicha ciudad y, el matrimonio religioso, fue bendecido en la Gran Iglesia de St. Jacobsker. Dada la posición de Juliana, como heredera al trono holandés, el acostumbrado voto de la novia de obedecer a su marido fue eliminado de la ceremonia.


Las expresiones de alegría por la consumación del matrimonio, en aquellos años de crisis, fueron desbordantes y surgió una floreciente industria de artículos de recuerdo. 
Y un nuevo medio, la radio, ofreció a todo el mundo la posibilidad de seguir la ceremonia en directo. 
Las tradicionales celebraciones populares se interrumpieron y las calles quedaron desiertas. Los ciudadanos recluidos se mantuvieron pegados a la radio escuchando la crónica. Después, la película que se grabó durante la ceremonia, se pudo ver en todos los cines.
Bernardo era un hombre de negocios con un estilo de vida dinámico y nada tradicional. Y, contra todos los pronósticos, el matrimonio duró toda la vida y rni siquiera los separó la Segunda Guerra Mundial.
Juliana fue reina de los Países Bajos desde la abdicación de su madre, en 1948, hasta su propia abdicación en favor de su hija Beatriz en 1980.
Querida hasta por los republicanos, fue la cercanía con el pueblo la característica que marcó sus 32 años de reinado y que, según coinciden los analistas, evitó la erosión de la monarquía en los momentos en que podía haber sido atacada. 
Hasta tal punto fue popular que, el socialista Partido del Trabajo, renunció a militar por la instauración de una república en su programa electoral.

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